Alejandro es un destacado profesor universitario y un apasionado escritor de novelas y cuentos cortos. Su profundo amor por la naturaleza humana y la historia lo convierte en un excepcional creador de personajes e historias cautivadoras.

A lo largo de su vida profesional, Alejandro ha tenido la oportunidad de viajar, y en cada uno de esos recorridos, escribe, narra y reflexiona por puro placer. Sin embargo, él mismo se define no como un escritor, sino como un "escribidor". Este término, que evoca la esencia del arte sin las ataduras del mercado editorial, es para él un reflejo de su identidad creativa, similar a cómo alguien podría describirse como pintor, escultor o agricultor.

En un mundo donde abundan los escritores publicados, Alejandro se destaca entre los pocos escribidores comprometidos que son seducidos por el placer de crear antes que por el oficio o el contrato editorial. Para él, ser escribidor significa ser un arquitecto de párrafos que construye historias sin las presiones del compromiso editorial, buscando siempre enamorar al lector en lugar de esperar que este lo busque a él.

Escribe no solo como una actividad recreativa, sino también como una necesidad vital. Cada vez que toma un avión, sube a un autobús o se sienta en un taxi camino a un hotel, las imágenes y las ideas se agolpan en su mente, reclamando su atención y buscando salir al mundo a través de sus palabras.

Los lectores ávidos valoran la dedicación y tenacidad de Alejandro como escribidor. Su trabajo es una invitación a explorar nuevas realidades y a disfrutar del arte de contar historias.